Las autoridades de la ciudad de Christchurch en Nueva Zelanda, decidieron cancelar la búsqueda de sobrevivientes del terremoto de 6,3 grados que remeció el país oceánico, indicando que es poco probable que alguien que haya quedado atrapado entre los escombros aún permanezca con vida.
Dicho anuncio fue un golpe muy fuerte para las familias de los más de 200 desaparecidos, entre ellos la familia de la peruana Elsa Torres, de quien no se supo nada luego del sismo ya que el edificio donde laboraba se vino abajo.
"Tristemente, se ha llegado al punto en que los esfuerzos cambian de enfoque, de rescate a recuperación de cadáveres", dijo John Hamilton, director nacional del Departamento de Defensa Civil de Nueva Zelanda.